La Torre Eiffel y sus máquinas de vapor

Poco después de su apertura en mayo de 1889, la Torre puso en servicio sus ascensores, los cuales funcionaron durante unos diez años por medio de máquinas de vapor instaladas a sus pies. 

Ya se habían utilizado máquinas de vapor para el montaje de la Torre, con una grúa a vapor en cada pilar, que subían al mismo tiempo que la Torre. Luego se instalaron montacargas, también de vapor, sucesivamente en el 1º y 2º pisos y en el nivel intermedio entre el 2º y 3º piso. 

Para poner en marcha los ascensores que transportaban los visitantes, se habían instalado cuatro máquinas de vapor de tipo Collet en el pilar sur de la Torre. Estas últimas producían un vapor que activaba directamente unas bombas que suministraban la energía hidráulica necesaria para el movimiento de los diferentes ascensores. La fuerza hidráulica era distribuida en los otros pilares por medio de conductos. Unos depósitos situados en el 2º y 3º pisos garantizaban una reserva de energía por encima de los ascensores.

La chimenea, vestigio de las máquinas de vapor

El humo se evacuaba a través de un conducto de 1,70 metros de altura por 1,30 metros de anchura que conducía 116 metros más adelante a una chimenea de ladrillo de 12,50 metros de altura instalada en los jardines. Situada cerca del pilar Este, en un montículo que además albergaba una cueva artificial, esta chimenea aún existe hoy en día, y es claramente visible para nuestros visitantes que toman el camino de la salida 1. 

En 1900, se instalaron dos generadores adicionales, mientras que nuevas bombas y motores eléctricos modernizaron el funcionamiento de los ascensores. ¡La energía a vapor había llegado a su fin!