¿Cómo fue inventada la Torre Eiffel?

Se podría suponer que la torre que lleva el nombre de su célebre constructor fue inventada por él mismo. Pero Gustave Eiffel, ingeniero diplomado por la Escuela Central de París, audaz emprendedor de construcciones metálicas, no fue quien tuvo la idea de construir una torre de 300 metros de altura. En mayo de 1884, la empresa Eiffel acababa de completar el gran arco de hierro del viaducto de Garabit en el Macizo Central, magnífica realización que culminaba la excelencia de su saber hacer. La Estatua de la Libertad, cuyo pilón central fue construido por Eiffel, ya estaba casi terminada en París, lista para ser transportada al otro lado del Atlántico. Otra efeméride ya se estaba perfilando: la inminente Exposición Universal, que debía celebrar en 1889 el centenario de la Revolución Francesa y el poderío industrial de Francia. Había que hacer algo grandioso. Una idea estaba en el aire desde hacía ya algún tiempo entre los ingenieros anglosajones: ¿sería posible construir una torre de mil pies (es decir, 304,80 metros)? Así, los ingenieros estadounidenses Clark y Reeves diseñaron, sin éxito, una torre en forma de cilindro de hierro, sujetado por cables de acero, para la Exposición Universal de Filadelfia en 1876..

Emile Nouguier y Maurice Koechlin, ingenieros creativos

Así, en mayo de 1884, los dos principales ingenieros de la empresa Eiffel se reúnen para buscar una idea capaz de «dar aliciente» a la futura exposición. Émile Nouguier se encargaba, desde hacía diez años, de las obras de la empresa. Era un veterano de la construcción metálica. Maurice Koechlin era más joven. Eiffel había contratado en 1879 a este brillante ingeniero, recién salido del Polytechnicum de Zúrich para hacer los cálculos de Garabit y dirigir la oficina de estudios de la empresa. Koechlin vuelve a casa, hace unos cálculos aproximados y elabora un boceto con fecha del 6 de junio de 1884, donde representa un gigantesco pilón metálico de 300 metros, directamente inspirado en los pilares de los puentes, aunque a una escala mucho más grande. Cuatro patas, cada una de ellas formadas por cuatro sólidas vigas unidas entre sí por viguetas en celosía, se elevan oblicuamente para unirse en la cima. Cinco vigas horizontales espaciadas en forma pareja aseguran su conexión. La forma curva de las pilas se ha diseñado especialmente para permitir que la torre resista mejor al viento. Es que la viga principal del viaducto sobre el río Tardes, otra realización de la empresa, había sido arrasada por un vendaval una noche de enero del mismo año. 

La metamorfosis gracias a Stephen Sauvestre

El croquis se muestra a Eiffel, quien dice no tener interés en el proyecto, pero le da a sus ingenieros la autorización de continuar con el estudio del mismo. Estos recurren entonces a Stephen Sauvestre, el arquitecto de renombre de la empresa, para rediseñar el proyecto por completo. El croquis técnico de los ingenieros sufre una metamorfosis. Sauvestre define tres pisos, de los cuales los dos primeros están dotados de salas acristaladas para acoger al público, instala grandes arcos decorativos entre los pies de la torre, e incorpora la base de zócalos de mampostería y la cima de un campanario. 

Al ver el proyecto así redefinido, Eiffel cambia de opinión y registra inmediatamente, el 18 de septiembre de 1884, una patente para una «Nueva disposición que permite la construcción de pilas y pilones metálicos de una altura que puede superar los 300 metros». Se ha inventado la torre. Solo queda realizarla, y será el genio de Eiffel el que llevará a buen puerto esta memorable empresa.